Antes de comprar cualquier producto o seguir una rutina, lo más importante es saber qué tipo de piel tienes. Usar productos que no son adecuados para ti puede causar más daño que beneficio: granitos, resequedad, exceso de grasa o sensibilidad.
Hoy te explico cómo identificar tu tipo de piel de manera fácil, desde casa, y qué señales debes observar.

Este es un método muy simple. Solo necesitas agua y unos minutos:
- Espera entre 30 minutos y 1 hora.
- Observa cómo se siente y se ve tu piel.
- Lava tu cara con un limpiador suave.
- No apliques nada (ni crema, ni tónico, ni suero).
Tipos de piel y sus señales:

Piel normal:
- Textura pareja y sin zonas secas o grasas.
- No sientes tirantez ni ves brillo excesivo.
- Poros poco visibles.
Recomendación: Puedes usar productos equilibrados, ligeros y mantener una rutina simple.

Piel grasa
- Brillo en frente, nariz y mentón (zona T).
- Poros dilatados, especialmente en la nariz.
- Tendencia a granitos o puntos negros.
Recomendación: Limpieza profunda, productos oil-free o con ingredientes como niacina mida o ácido salicílico.

Piel seca
- Sensación de tirantez o picazón.
- Piel opaca, descamada o áspera.
- Casi no se notan los poros.
Recomendación: Usa limpiadores cremosos, cremas humectantes ricas en ceramidas o ácido hialurónico.

Piel mixta
- Grasa en la zona T (frente, nariz, mentón).
- Mejillas secas o normales.
- Es el tipo más común.
Recomendación: Combina productos, por ejemplo: gel limpiador para todo el rostro y crema ligera solo en zonas secas.

Piel sensible
- Se irrita con facilidad.
- Enrojecimiento frecuente o ardor al aplicar productos.
- Puede ser seca, grasa o mixta.
Recomendación: Usa productos sin perfume, sin alcohol y con ingredientes calmantes como aloe vera, caléndula o avena.
¿Por qué es importante saber tu tipo de piel?
Porque una rutina mal elegida puede causar el efecto contrario: brotes, sequedad o envejecimiento prematuro. Conocer tu piel te permite cuidarla mejor, gastar menos y ver resultados reales.
Consejo final: Tu piel puede cambiar con las estaciones, la edad o el estrés. Revisa tu tipo de piel cada cierto tiempo y adapta tu rutina.
Deja una respuesta